domingo, 30 de agosto de 2009

Se avecinan cambios en Japón

Este simpático gato no tiene nada que ver con la noticia, y la misma le da exactamente igual, pero queda bien


El triunfo del Partido Democrático de Japón (PDJ) acaba con 50 años de poder casi ininterrumpido del Partido Liberal Democrático (PLD) y con la paralización en el Parlamento, y lleva al gobierno a una formación que ha prometido centrar sus políticas en los consumidores, recortar gastos innecesarios y reducir el poder de los burócratas.
Pero el PDJ, que tiene 10 años y nunca ha gobernado, tendrá que actuar rápido si quiere mantener el apoyo de los votantes, preocupados por un desempleo en niveles récord y una sociedad que envejece rápidamente, lo que está provocando una escalada en los gastos sociales.
"La gente está enfadada con la política y la coalición en el poder. Sentimos un gran deseo en la gente de que quiere cambios en sus vidas y luchamos en estas elecciones por un cambio en el gobierno", dijo en una rueda de prensa televisada el líder del Partido Democrático, Yukio Hatoyama.
Según los sondeos a pie de urna, el PDJ podría llegar a sacar dos tercios de los 480 escaños de la Cámara Baja, frente a los 115 que tenía. Esto estaría en línea con las encuestas durante la campaña, que pronosticaban una gran derrota para el primer ministro, Taro Aso, y el PLD.
Aso anunció que presentará su dimisión, asumiendo la responsabilidad por el resultado, y añadió que el PLD, que ha gobernado el país desde su fundación en 1955 salvo un periodo de 10 meses, debería elegir pronto a un nuevo líder.
La victoria del PDJ acabaría con la asociación entre el PLD, las grandes empresas y los burócratas, que convirtió Japón en un gigante económico tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial, aunque la estrategia se hundió al romperse la "burbuja" económica a finales de los 80. Desde entonces, el crecimiento no ha logrado recuperarse completamente.
Además pondría fin además a un estancamiento político en el Parlamento. Desde 2007 ya controla con sus aliados la Cámara Alta, que aunque tiene menos competencias les ha permitido retrasar leyes importantes.
"Esto se trata del final del sistema político de la posguerra en Japón", dijo Gerry Curtis, experto sobre el país en la Universidad de Columbia.
"Es la única vez en la que otro partido que no sea el PLD ha obtenido una mayoría en la Cámara Baja de la Dieta (Parlamento). Supone el final de una larga era, y el principio de otra en la que hay mucha incertidumbre".
La mayoría de los sondeos dan al PLD poco más de 100 escaños, frente a los 300 que tenía. Su socio, el Partido Nuevo Komeito, podría sacar unos 20.
Hace cuatro años, el PLD arrasó gracias a las promesas de reformas de su carismático líder de entonces, Junichiro Koizumi, pero desde entonces se ha hundido por varios escándalos, cambios políticos poco claros y la incapacidad que se percibe para afrontar el problema del rápido envejecimiento de la población.
Hatoyama, de 62 años y nieto de un ex primer ministro, ha mencionado la palabra cambio continuamente durante la campaña, un concepto que parece haber calado en los japoneses.
Su partido quiere además forjar una postura diplomática más independiente respecto a su aliado clave en seguridad, Estados Unidos, mejorando las relaciones con Asia, frecuentemente tensas por los amargos recuerdos de la Segunda Guerra Mundial.

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