domingo, 19 de julio de 2009

De perros y calles

Simpático cánido esperando para cruzar la calle en un paso de peatones cualquiera


A pocos metros del presidencial Palacio de La Moneda uno de los miles de perros vagabundos de Santiago aguarda con paciencia los 60 segundos que tarda en cambiar un semáforo de rojo a verde, y cruza sólo cuando las personas también lo hacen.
Es un fenómeno que no llama la atención de los lugareños, acostumbrados a la proliferación de perros que andan en grandes grupos por las calles de la capital chilena, pero que asombra a los extranjeros.
"Es como si su instinto de supervivencia les hubiese enseñado que ese era el modo de cruzar sin morir atropellado por un auto", reflexiona Pablo Arroyo, un puertorriqueño de paso por la ciudad.
Los perros callejeros son parte del paisaje de Santiago, especialmente en el centro. Son perros sin raza, de talla mediana, en general pacíficos, que aparecen en las marchas de protesta, se hacen presentes en los actos y en los desfiles, y hacen tropezar a funcionarios en actividades oficiales.
Hace unos meses uno de ellos protagonizó una conmovedora escena, al rescatar a otro can que acababa de ser atropellado en una autopista de Santiago y permanecía en medio de la ruta.
La acción quedó registrada en una cámara de seguridad que registró la imagen del perro salvador utilizando el hocico y las patas delanteras para arrastrar al otro can hasta el borde de la calzada, sorteando los autos que transitaban raudos.
El año pasado las autoridades sanitarias calcularon que en Santiago había 250.000 perros vagabundos -es decir aquellos que efectivamente no tienen dueño ni casa- aunque el veterinario Fabián Espínola, especialista en demografía canina, señala que la verdadera cifra podría ser menor, de 50.000.
"Hay cuatro tipos de perros: el supervisado, que pasea con su dueño; el callejero (un 70% del total, el más común) tiene casa pero anda libre por la calle; el vagabundo y el perro de vecindario, que es cuidado por un conserje o la buena voluntad de los ciudadanos", explica a AFP.
A largo plazo los perros no pueden mantenerse en situación de vagabundos, es decir sin un cuidado humano. "El verdadero vagabundo o encuentra un hogar o muere", sentencia.

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