El "Ady Gil", el simpátitico trimarán ecológico que unos desgraciados hicieron chocar contra un ballenero
Una pequeña embarcación de la flotilla de ecologistas que protestan en la Antártida contra los balleneros japoneses se hundió hoy tras colisionar con un barco nipón minutos después de que sus seis tripulantes fueran rescatados ilesos.
Los miembros de la organización ecologista Sea Shepherd, que todos los años realizan acciones de protesta durante la campaña de caza de ballenas, y los balleneros japoneses se acusaron mutuamente de haber provocado la colisión.
Jeff Hansen, director de Sea Shepherd en Australia, aseguró que el barco de los ecologistas, el Ady Gill, intentaba apartarse de la zona y llegó a detenerse frente al buque japonés para que éste pudiera esquivarle.
Según los ecologistas, el ballenero Shonan Maru 2 avanzó y se llevó por delante una parte del fuselaje causando un gran agujero en el Ady Gill, mientras que la tripulación fue rescatada por otro barco de Sea Sepherd, el Bob Barker.
Por su parte, el Instituto Japonés de Investigación de Cetáceos indicó que una de sus embarcaciones fue atacada por los tripulantes del Ady Gill, que arrastraron una cuerda para intentar trabar el timón y las hélices del barco y lograron alcanzar la cubierta con una de las bombas de ácido que lanzaron.
En un vídeo difundido por el Instituto Japonés de Investigación de Cetáceos se observa cómo el Ady Gill persigue al barco japonés y cuando lo adelanta, sus tripulantes sacan una cuerda y la intentan acercar a la embarcación ballenera.
Las imágenes muestran cómo los balleneros nipones gritan a través de un megáfono y disparan con un cañón de agua, pero no aclaran quién atacó a quien.
Ambas partes ya se acusaron mutuamente de provocación con cañones de agua a presión, láseres deslumbrantes y botellas de ácido corrosivo el pasado diciembre, sin que hubiera que lamentar heridos.
El principal barco de los ecologistas, el Steve Irwin, se ha enfrentado en varias ocasiones con el ballenero japonés Shonan Maru No.2 para alcanzar su objetivo de "hundir la flota ballenera japonesa económicamente reduciendo sus beneficios".
El enfrentamiento se produjo apenas unas horas después de que Sea Sephard denunciara que los balleneros japoneses, con la ayuda de la empresa Omeka Communications, alquilaran varios aviones australianos para "espiarles" y mantenerlos localizados.
Hace 3 años
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