La controvertida afirmación de una mujer de que el 'Asesino del Zodiaco' era su padre, ha revivido un misterio que angustió a la ciudad estadounidense de San Francisco durante décadas.
Deborah Perez y su portavoz, el letrado inhabilitado para el ejercicio de la abogacía, Kevin McLean, dieron una conferencia de prensa en el exterior de las oficinas del periódico San Francisco Chronicle para presentar su caso y pedir a la policía que confirme la acusación con pruebas de ADN de las evidencias.
Perez dijo que tenía siete años cuando su padre, Guy Hendrickson, la utilizó como cómplice involuntario en sus rondas asesinas y le hizo escribir cartas a la policía y a los diarios locales.
El Asesino del Zodiaco, que actúo en el norte de California a finales de los 60, fue relacionado con cinco asesinatos, aunque algunos sospechan que podrían tratarse de docenas de crímenes. Las cartas del asesino incluyen enigmáticos criptogramas que Perez afirma entender parcialmente.
"Era una niña y solamente pensé que ayudaba a mi padre", dijo la mujer que en la actualidad tiene 47 años.
"Protegía a mi padre; no sabía que era el Asesino del Zodiaco, sólo que estaba muy enfermo", añadió.
Perez indicó asimismo que su padre, de profesión carpintero, murió de cáncer en 1983 y que ignoraba el caso no resuelto del asesino en serie hasta que vio una recreación policial en el programa de televisión 'America's Most Wanted' hace dos años.
McLean y Perez dijeron que van a contar su historia en un documental y optaron por hacer públicos los hechos debido a que otro grafólogo planea contradecir su versión.
En el fin de semana, otra de las hijas de Hendrickson criticó públicamente la historia de Perez, acusándola de inventar y alegando que la memoria de su padre está siendo injustamente manchada.
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"Triangulicemos" las cosas.
Por un lado tenemos una serie de crímenes que hasta ahora se había (al parecer) probado que había sido obra de varias personas suplantando la identidad del "Asesino del Zodíaco" primigenio.
Por otro, un abogado inhabilitado -vaya usted a saber por qué motivo o motivos- que acompaña a quien dice ser hija y autora material de las epístolas que el supuesto asesino hacía llegar a la policía.
Y por otro, a otra señora que dice ser hija el mismo hombre -fallecido en el siglo pasado- a quien los anteriormente citados acusan de ser el titular del macabro mote, y que ella a su vez los acusa de difamar la memoria de su padre.
Homínidos y homínidas, ¡habemus culebrón!
Un saludo.
Farlopitecus sumus
Hace 3 años
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